Transmission: the Sound of Joy Division en Wolverhampton Transmission: the Sound of Joy Division en Wolverhampton
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Transmission: the Sound of Joy Division en Wolverhampton

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No te pierdas el concierto "Transmission: the Sound of Joy Division en Wolverhampton" el próximo Viernes 13 de Diciembre de 2019 en Slade Rooms, Broad Street a partir de las 19:00

Con los artistas:

Joy Division

Joy Division fue una banda post-punk inglesa, formada en 1976 en Salford, en el área metropolitana de Manchester, Reino Unido. Se disolvió en mayo de 1980 tras el suicidio de su cantante, Ian Curtis. El resto de miembros del grupo crearon un grupo nuevo, New Order, meses después.

Aunque tuvieron un éxito modesto en su carrera, y lanzaron sólo dos álbumes de estudio, Joy Division ha sido aclamado desde entonces como uno de los más innovadores, evocativos e influyentes grupos de su tiempo. Tras la muerte del cantante y líder del grupo, Ian Curtis, la banda pasó a ser leyenda , convirtiéndose Curtis en uno de los músicos más influyentes de todos los tiempos.

Joy Division fue etiquetado por mucha gente como una banda oscura y depresiva, debido a lo inhóspito de su música y al suicidio de Ian Curtis. Sin embargo, los restantes miembros de la banda y la gente que conocieron lo han negado siempre.

Sus influencias van desde el proto-punk: The Velvet Underground, The Stooges; el punk: The Sex Pistols; e incluso el glam: David Bowie. Todas estas bandas bordeando más siempre un ámbito alternativo. Se podría decir que Joy Division tomó de estas bandas un poco y lo mezcló en un estilo que sólo pocos han podido interpretar: el post-punk. Del proto-punk tomó su excentricidad y lírica, del punk tomó la fuerza escénica y musical y, finalmente, tomó del glam su estética.

Suicidarse a los 23 años, no parece un acto de una persona cuerda, pero dejar pistas que den significado a su fatal determinación de ahorcarse en su casa, denota un asunto denso y lleno de lucidez. Ian Curtis, cantante y líder de la legendaria banda inglesa, se ahorcó en la cocina de su casa el 18 de mayo de 1980, su nota suicida sólo decía sobriamente: “En este momento quisiera estar muerto. No aguanto más”. Otras teorias, hablan de que su suicidio se debio a que quiso cumplir con el mito de la estrella del rock´n´roll que muere joven dejando un bonito cadáver.

Su esposa Deborah encontró el cuerpo colgando de una soga, una botella de whisky vacía, las fotos de su boda y la de su hija en el sofá, el disco ‘The idiot’ de Iggy Pop tocando interminablemente y señalada en una revista Tv guía, la película Stroszek (1977) de Werner Herzog.

Su mente atormentada por un desencanto por la vida, amargo pesimismo, su alma muerta, sus constantes ataques de epilepsia, lo llevaban a refugiarse en la lectura de los Existencialistas, donde encontró las respuestas: el ser humano está abandonado a su suerte, solo contamos con nosotros mismos, existimos para estar solos, allá arriba en el cielo, solo hay un enorme vacío.

Como anécdota decir que la canción "She Lost Control" la escribió Curtis inspirándose en un ataque de epilepsia que le dio a una chica mientras era atendida por éste en su lugar de trabajo, días más tarde este se puso en contacto con su familia y se enteró de que había fallecido. Este hecho lo afectó mucho y en ello encontró la inspiración.

En la escena final de la película del director alemán Herzog, una gallina hipnotizada gira y gira alrededor de un árbol. Al final de su álbum The Idiot (1977), Iggy Pop canta “Aunque trato de matarme/ vuelves a ponerme de nuevo en línea”. Esas son las pistas que dejó, además de las letras de las canciones de su grupo Joy Division.

Años después, el legado de Ian Curtis deja huella en una generación de jóvenes desencantados, desanimados por un futuro incierto, influenciando a grupos como The Cure y U2, y más recientemente a Interpol, con sus riffs hipnóticos, y Trent Reznor a veces se siente el hijo obrero de Ian Curtis. Cabe destacar también otro grupos que se vieron fuertemente influenciados, tales como The Killers, que debe su nombre a la letra de una canción de Joy Division y Radiohead el cual homenajearon la canción Ceremony en una apasionante versión.

El grupo dejó alrededor de 50 canciones grabadas y publicó tan sólo dos discos de estudio. El primero de ellos se tituló ‘Unknown Pleasures’ y se editó en 1979 en el sello Factory Records, propiedad del periodista Tony Wilson. El siguiente, "Closer", salió tras la muerte de Curtis y está considerado como una de las joyas de la historia del rock. Curtis, que sufría epilepsia, patentó un personalísimo estilo de baile con movimientos espasmódicos que estaban ‘inspirados’ en sus ataques reales. En alguna ocasión los miembros del grupo no estaban realmente seguros si Curtis estaba bailando o sufriendo un ataque, ya que las luces de los escenarios agravaban su enfermedad.

Joy Division debe su nombre a las muchachas que entretenían a los soldados nazis en los campos de concentración judíos, aunque pareciera erróneamente que el verdadero significado es "Separados de la felicidad" . Adoptaron este nombre tras el inicial, que fue "Warsaw", tras ser demandados por un grupo denominado "Warsaw Pakt" y darles la razón los tribunales a éstos últimos.

Curtis fue incinerado y sus cenizas enterradas en Macclesfield, con la inscripción "Love Will Tear Us Apart" en su lápida. Este epitafio, escogido por Deborah Curtis, es el título de la canción más conocida de Joy Division. "Closer", el segundo álbum de Joy Division se lanzó de forma póstuma en 1980, 2 meses después del suicidio de Curtis.



Joy Division fueron:
* Ian Curtis
* Peter Hook
* Bernard Sumner
* Stephen Morris

The Sound

Adrian Borland (voz y guitarra, ex-The Outsiders), Graham Greene (bajo, también ex-The Outsiders), Michael Dudley (batería), Bi Marshall (teclados, pronto reemplazada por Colvin Mayers) eran la formación "clásica" de The Sound, una banda de Londres que estableció marcas difíciles de superar en cuanto a calidad musical y mala suerte en reconocimento.

Después de su experiencia en The Outsiders (no confundir con otras bandas con el mismo nombre), con los que llegó a publicar "Calling on youth", el primer LP auto-editado de la historia del punk, Adrian Borland decide dar un giro estilístico y, sin abandonar el pulso ni la pasión de sus primeros tiempos, forma The Sound, a quienes pronto les colgaron la etiqueta "after-punk / new wave" de rigor por aquél entonces.

Ficharon por Korova, entonces hogar de los Echo & The Bunnymen, con quienes se les comparó desde el primer minuto y allí sacaron el más que notable "Jeopardy" en 1980. Las comparaciones suelen ser odiosas, dicen, y en este caso además fueron perniciosas, pues The Sound nunca pudo sacarse de encima la alargada sombra de sus compadres Bunnymen: a pesar de su calidad innegable, Adrian Borland siempre fue alguien apocado frente al carisma arrogante de su "rival" y vecino Ian McCulloch y los medios siempre prefieren a los ganadores, ya se sabe.

Por si fuera poco que les compararan contínuamente con los Bunnymen, también tuvieron que soportar estar bajo las lupas de la escala de Joy Division, majestuosa banda tótem insuperable contra la que se tenía que medir cualquier gañán que se colgara una guitarra del pescuezo a principios de los 80.

Un peldaño por debajo en cuanto a popularidad, pero a la misma altura que cualquier banda de primera fila (Echo & The Bunnymen, The Cure, Joy Division, Siouxsie...), The Sound sacaron el imprescindible "From the lions mouth" en 1981 también en Korova. Con este disco tocaron su techo compositivo y Warner vió las posibilidades de la banda, ofreciéndoles un contrato que incluía productores que hicieran su sonido algo más agradable a los oídos de las masas que se alimentaban con la papilla de las listas de ventas. La banda tragó, pero sólo a medias, y así, tras editar "All fall down" en 1982, la multi los puso de nuevo en la calle. No importaba que el disco fuese notable: las ventas eran ridículas y la banda no se dejaba domesticar, así que no había más vueltas que darle al asunto.

Tuvieron que transcurrir 3 años para que The Sound volvieran a sacar un disco completo con material nuevo, y tuvo que ser en Statik (donde también habían estado los Chameleons... ¡otra banda con la que compararlos!). El álbum ("Heads and hearts") lejos de ser mediocre, no alcanzaba las alturas de sus tres primeros trabajos... pero contenía la immortal "One thousand reasons", joya pop de los 80 donde las haya. Un par de años después y tras otro cambio de sello, lanzaron "Thunder up"(PIAS), digno intento que no sirvió para llamar la atención de las audiencias: la suerte ya estaba echada y parecía que los The Sound fuesen perfectamente invisibles para todo el mundo. El arroz del after punk ya se había pasado... por mucho que The Sound ya hiciera tiempo que cocinaban con otros ingredientes.

Los desencantos y las tensiones iban haciendo mella en Adrian Borland, depresivo e inestable por naturaleza, y la banda fue iniciando una progresiva cuesta abajo en lo personal que llegó a sus profundidades más oscuras cuando Mayers murió de SIDA a principios de los 90. Este fue el golpe definitivo y la banda se disolvió.

Adrian Borland lo siguió intentando en solitario, pero la suerte parecía ser refractaria a este hombre: cada vez que parecía que iba a conseguir sacar la cabeza, llegaba una recaída. En abril de 1999, acabó con sus días lanzándose a las ruedas de un tren.


JOY


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