En pocas ocasiones podemos asistir un una revelación de la talla de la que nos está ofreciendo el joven Michael Paul Hinson. Mucho se ha hablado de su tumultuosa adolescencia, de sus problemas con ciertas sustancias, de sus amores imposibles que han marcado su música, pero nada de eso empaña un talento que tiene sus raíces en su Texas natal y que parece marcado por el signo de los grandes.
Después de perderlo todo tras marcharse de su casa con 19 años, Micah encontró la ayuda de The Earlies en la que sería la grabación de su primer álbum, Micah P. Hinson And the Gospel of Progress (2004). Muy pronto la prensa se sentiría atraída por su voz ronca y sus composiciones de raíz estadounidense clásica, sensación refrendada por unos directos en los que se apreciaba claramente el talento del joven músico.
Una lesión de espalda fue la génesis de su segundo disco, el definitivo Micah P. Hinson And the Opera Circuit (2006). Postrado en cama, la grabación se realizó junto a varios de sus amigos. El resultado fue uno de los discos más aclamados del pasado año, y la confirmación de que lo que nos ofrece no era flor de un día.
Unos apasionados directos acabaron por convencernos: Micah es ya uno de los grandes.