Encerrado en un pequeño apartamento tras recibir la noticia del coma de su padre, el protagonista de esta historia huye hacia Estocolmo, hacia su memoria, hacia la pista de baile y hacia los cuerpos de los otros. En un recorrido fragmentado por el sueño, el after, las apps de ligue y las voces del pasado, este monólogo encarna la caída emocional de alguien que solo puede sobrevivir dormido. A través de las figuras de Mercurio (su ex pareja) y Carl (su ideal imposible), el personaje busca desesperadamente una forma de detenerse y sentir. Una carta escrita a un padre que ya no escucha. Una historia de duelo, deseo y dignidad. Un cuerpo que se despide de la fantasía y aprende, por fin, a estar despierto.