María ha recibido una pequeña subvención para escribir y hacer una obra de teatro en un plazo de dos meses. Cuando llega el momento de la verdad, por procrastinaciones y aplazamientos varios, se le ha echado el tiempo encima, y no ha escrito nada, así que decide irse sola a una casa de un pueblo a centrarse y crear todo en un fin de semana.

En este proceso creativo a María se le empiezan a aparecer sus personajas, sus alter egos , mujeres que cuentas historias sobre sus vidas. Estas personajas son todas mujeres fuertes, que tienen visiones de la vida un tanto surrealistas y nos hablan de situaciones actuales con las que todo el mundo puede empatizar, intentando realizar un esperpento cómico de la vida. Estas personajas se aparecen en la casa o quizá en la mente de María de manera espontánea, tal vez para enseñarle cosas que ni ella misma hubiera pensado de sí misma.

Veganismos, ceremonias a la luna, negocios de bragas usadas, partidos políticos a la última moda, ecoaldeas, desfiles de batas, musicales, charlas Ted….Todo ese mejunje tiene lugar en la cabeza de la protagonista y en las vidas de estas mujeres, que tienen en común, eso sí, tener unas vidas bastante desastrosas , pero siempre apostando fuerte por lo que creen. Porque no hace falta ser perfecta para reinventarse, ni para sobrevivir, ni para salir adelante¡.

¿Conseguirá María escribir algo ese fin de semana?

¿Aceptará María quién es ella realmente? ¿O realmente ella son todas ellas?

Empoderrada que no es poco, es una oda a las mujeres imperfectas, que sobreviven a estos tiempos, que no es poco. En clave de humor y surrealismo, la obra nos habla de mujeres que se reinventan, que se empoderan, que están en un “despertar” al más puro estilo absurdo.

Texto e interpretación: María de Rada.

Dirección: Jaime Ocaña