Estos dos "cancionistas" de Isla Cristina (Huelva) que encarnan su propio logo 'antílope y pez', vuelven a agarrarnos por la solapa y sacudirnos alternando las canciones más ácidas con dramas amorosos de una belleza difícil de gestionar sin que se escape una lágrima o una risa nerviosa. Incansables en su pulso contra lo establecido y en su cruzada contra la idiotización global, convierten su crítica en un escudo social. Su día a día como artífices de la música se convierte en un espectáculo irreverente en el cual celebran tanto sus virtudes como sus ineficacias y señalan las vergüenzas del mundo, los secretos encubiertos de la fama.

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