Es fácil pasar por alto el hecho de que, a pesar de contar con sólo tres álbumes en solitario en 18 años, José González ha llenado recintos desde Sydney hasta Tallin – pasando por Berlín, Barcelona y Río de Janeiro – e incluso ha agotado las entradas en el prestigioso Royal Albert Hall de Londres, con capacidad para más de 4000 personas. Ha obtenido discos de platino en el Reino Unido y en su país de origen, Suecia, así como el oro en Australia y Nueva Zelanda. También tiene miles de millones de reproducciones en las plataformas digitales. Por supuesto, estos asuntos no son cosas que el propio José tenga en cuenta: desde que llegó por primera vez con el sencillo de debut Crosses, allá por 2003, tanto él como su música se han mantenido tranquilos y sin pretensiones. Sin embargo, sería ciertamente lamentable subestimarlo por su carácter modesto: qué alivio es recordar que no es necesario hacer ruido para ser escuchado.

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