Estamos en Smara, uno de los cinco campamentos de refugiados saharahuis en Tinduf, Argelia, cerca de la frontera con el Sahara occidental.

Durante más de 40 años, han vivido aquí muchos desplazados de la antigua colonia española, obligados al exilio ante lo que supuso el avance brutal de las tropas marroquís en 1976.

Bassim es uno de esos exilados, un anciano enfermo natural de Dahkla, antigua Villa Cisneros, una ciudad junto al océano atlántico, donde creció y a la que añora cada día de su vida. Bassim quiere regresar al mar antes de morir y le ruega a Suelma, su hija, que le lleve hasta allí.

Suelma sabe del peligro que supone intentar cruzar la frontera y esquivar a los soldados marroquís y, pese a la desesperación de su padre, no sabe cómo complacerlo.

Fadí, un soldado del Frente Polisario de Liberación del Sahara, ha de dirigirse hasta la frontera para intercambiar con los marroquís a Mahmud, un soldado de Marruecos que lleva retenido más de 20 años en un campo de prisioneros en Smara, Tinduf. Mediante este intercambio liberará a un activista del Frente Polisario, en uno de los muchos canjes que realizan ambos bandos.

Suelma entiende que esta situación la puede ayudar a llevar a su padre hasta el Sahara, amparada en el joven soldado y su prisionero, utilizándolos como tapadera.

Rosa, una médico cooperante española que atiende con asiduidad a Bassim, trata de impedir esta odisea. Sin embargo, ante la necesidad del viaje de Bassim y la insistencia de Suelma, decide acompañarlos.

Este es el punto en que empieza nuestra historia, una historia de lucha, de reivindicación de un pueblo olvidado por todos, incluso por sus propios hermanos de lengua, raza y religión.

A través del desierto, caminaremos día y noche con los personajes, con su realidad, con su pasado, con su presente y con su futuro, un futuro tan incierto como el de su pueblo, el pueblo saharaui.

El Sahara en toda su inmensidad sirve de continente, de lienzo de arena, a una historia de superación y de tremenda realidad.

Observaremos el viaje de unos personajes desesperados. Tres puntos de vista sobre una misma historia.

La de los perdedores que ansían su libertad. La del verdugo que también conoce el cautiverio y la realidad cotidiana de sus víctimas. Y la de la extranjera que asiste como testigo a la confrontación, y a las versiones de ambos

bandos. En la soledad inabarcable de las noches desérticas y llenas de incertidumbre, los personajes se verán obligados a hablar y tratar de comunicarse y entenderse, de empatizar.

El Sahara como destino, como sustento, como marco y como lienzo de una historia poética que nos toca muy de cerca.

La travesía es accidentada, como todas, y podremos ver cómo afectan los accidentes a cada uno de ellos a la verdad que cada uno mantiene, y que en el fondo no es más que arena deslizándose entre los dedos de sus manos; a sus miedos sus anhelos y un futuro muy incierto para todos.

Un viaje casi iniciático sobre el destino y la voluntad humana.

Dramaturgia - Chema cardeña

Dirección - Emilio del Valle

Ayudante de dirección - Salvador Sanz

Escenografía y vestuario - Silvia de Marta

Iluminación - José M. Guerra

Dirección musical - Montse Muñoz

Diseño gráfico - Jorge Muñoz

Una coproducción intercomunitaria de

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